En soledad y agraviada por sus pares, Mónica Juárez rechazó el homenaje al dictador Ulloa en Diputados

Al igual que el Concejo Deliberante de la capital salteña días atrás, la Cámara de Diputados de la provincia rindió homenaje e hizo un minuto de silencio por la muerte del gobernador de facto Roberto Augusto Ulloa.
A diferencia de lo ocurrido en el parlamento municipal, en la cámara baja la diputada Mónica Juárez pidió la palabra para expresar su repudio al homenaje que se pedía en dicho recinto para un colaborador de una de las dictaduras más sangrientas del continente.
En un tono medido, la legisladora pidió a sus pares una reflexión sobre lo que ocurría en el recinto. Planteó simplemente que las bancas ocupadas eran fruto de una democracia que se estaba irrespetando, de la misma manera que se irrespetó a las familias y la memoria de las víctimas de ese proceso que encabezó Ulloa en Salta.
Ante la postura de la diputada, los resabios del partido militar trataron de ignorante a Juárez por decir lo que nadie más quería repetir en el recinto: «Ulloa fue un gobernador de facto».
Así como en el Concejo capitalino, la comisión de Derechos Humanos se llamó al silencio y Juárez quedó como la única vocera de la memoria que algunos quieren borrar.