“O se va Saracino o nos vamos nosotras, el maltrato y la falta de ética no se aguantan más”
Así se expresó la técnica Karina Brito en medio del fuego cruzado que se desató en el Centro Regional de Hemoterapia por los maltratos al personal y los oscuros negocios particulares de su directora Betina Saracino.
Luego de la denuncia por maltrato y violencia en contra de la funcionaria por parte de 7 trabajadoras de la institución, el ministerio de salud tuvo que tomar cartas en el asunto, aunque se sabe que más de una vez le cubrió las espaldas a Saracino en su rol de zorro en el gallinero y eligió el silencio que apunta al olvido.
En medio de la batalla pública, Brito explicó los abusos que sufren los trabajadores y las actitudes de la superioridad reñidas con el buen gusto y la legalidad, al tiempo que reveló que no sólo Andrés Suriani usó el dinero público para hacerse análisis cuando era diputado, sino que muchos funcionarios y amigos de Saracino hicieron lo propio en varias oportunidades, entre otros gestos carentes de ética y legalidad ejecutados por la directora.
Por estas horas, Juan José Esteban, el ministro de salud, busca una excusa aceptable para salvar una vez más a una funcionaria que le dedica más atención a sus negocios que a la gestión de un dispositivo de importancia definitiva para los salteños.