17 horas de tensión: cómo escapó de la guerra la familia del bebé argentino nacido en un búnker de Kiev
Se sienten las bombas, los misiles y las sirenas de seguridad no dejan de sonar desde hacen dos días en Kiev. Bajo tierra, en un búnker improvisado en el sótano de una maternidad, una criatura se asomó a la vida el 26 de febrero a las 15.32. Ese día, sobre la superficie, murieron 352 civiles, según informó el ministerio del Interior de Ucrania. Al menos catorce eran niños.
Alfonso se llama el bebé. Un día le contarán que su abuelo, Mano, vivió algo similar en una trinchera italiana, en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Y que él vivió una aventura increíble.
Eugenia y Sebastián Manoni, mamá y papá, tienen una frase para definir el momento: “No hay guerra que no pueda vencer el amor”. Hoy pueden arropar a su primer hijo, a salvo los tres, en Siret, una ciudad fronteriza de Rumania.
La pareja porteña decidió tener al niño a través del método de subrogación de vientre en una clínica privada. Este método se hace en Estados Unidos, Georgia, Canadá y Ucrania. Por recomendaciones, referencias y experiencias de otras parejas, optaron por hacerlo en Kyiv, sin imaginar todo lo que vendría después.
La clínica se llama BioTexCom, y se define a sí misma como un “centro para la reproducción humana”. Con más de dos décadas de experiencia, recibe pedidos de todo el mundo. La subrogación de vientres autorizada para extranjeros es una práctica legal en Ucrania, aunque no está exenta de polémicas. En 2020, en plena pandemia y por el cierre de fronteras, a 17 parejas argentinas se les complicó viajar para buscar a sus niños recién nacidos.
El procedimiento indica que cada padre y madre que se inscribe en el tratamiento debe viajar hasta Ucrania para dejar material genético. Eugenia y Sebastián volaron en mayo del 2021. “Justo un mes después de la muerte de mi padre a raíz del COVID-19”, cuenta ella.
Todo salió como lo planearon. Recibieron la confirmación del embarazo con fecha de parto para fines de febrero. Días antes del nacimiento aterrizaron en la capital de país de Europa del Este. Allí coincidieron con otros matrimonios de argentinos que estaban en la misma situación.
Y de pronto, estalló la guerra. El jueves 24 de febrero el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la invasión al país vecino, y el panorama fue otro. Tras el toque de queda, recibieron un mensaje por parte del consulado argentino, donde les pedía que vayan a la Residencia oficial. Ni lo dudaron, con otras cinco parejas encontraron resguardo en el búnker de la Embajada Argentina en Kiev, una gestiónque llevó adelante la embajadora Elena Mikusinski.