“Si llorás, sos maricona; y si vas a enfermería, sos renga”: Cadete de Policía no resistió los malos tratos de la escuela y se dio de baja
Sofía, una joven de 22 años, relató los abusos y amenazas que sufrió durante su breve paso por la Escuela de Cadetes de la Policía de Salta. Tras ser intimidada por un compañero, tomó la decisión de darse de baja. Su testimonio expone prácticas violentas que incluyen ejercicios extremos bajo el sol, humillaciones físicas y psicológicas que son parte del día a día en la institución.
Luego de que una agente policial en actividad rompiera el silencio y contara lo que se vive dentro de la policía de Salta; Sofía, una joven de 22 años, compartió su testimonio en El Murishow. A principios de año, ingresó a la Escuela de Cadetes, pero se dio de baja por los malos tratos y las amenazas de otro cadete.
“Ingresé por necesidad, es una salida laboral”, dijo Sofía y remarcó que esta es una de las principales motivaciones de los aspirantes a la hora de sumarse a la Escuela; institución en la que estuvo una semana y media.
“La primera semana me quise dar de baja porque el trato que te dan es tremendo: se te ponen en frente, te gritan, te insultan, te denigran como persona”, compartió en los estudios de la 96.5.
“En la segunda semana, me dijo “usted no se va a dar la baja, acá adentro le voy a hacer la vida imposible; lo que pasa en la escuela, muere acá”, denunció que le dijo el cadete Juan Mendoza. En esta línea, aseguró que este hombre la amenazó con las salidas de los fines de semana que tienen los aspirantes. “Él me dijo que no iba a salir y que no le podía decir a nadie; que no se valía denunciar y tomé la decisión y me fui”, aseveró.
“Nos hacían hacer ‘rodillo’ y cuerpo a tierra después de comer”
“Nos levantamos a las 5 de la mañana, hacíamos fajina, que es limpieza, y después del almuerzo, nos sacaban al patio en medio de rayos del sol y ahí nomás a hacer ejercicio afuera”, recordó Sofía sobre su paso por la institución, que recoge relatos similares de muchos jóvenes que no logran aguantar los abusos de los superiores.
Al respecto, explicó que debían hacer ejercicios como “cuerpo a tierra” o “rodillo”, “que es tirarte al piso y rodar”, detalló y remarcó que debido a que era inmediatamente después de comer, “muchas terminaban vomitando”.
“Si llorás, sos una maricona, y si pedís ir a enfermería, sos una renga”, afirmó la joven; quien aseguró que una de las premisas de la institución es que “una policía es buena o es renga”. La joven remarcó que no denunció “por temor a represalias y a que me hagan algo”, sentenció.